viernes, 4 de abril de 2008

HIJO DEL CIELO EN LA TIERRA

Uno es la vida que vive. La sanación debe ser profunda y para operar el cambio entre otras cosas, tenemos que dejar de buscar la Satisfacción Personal, la satisfacción del Yo Inferior, del Ego. Buscar la estabilidad no es permanecer estático y el cambio no es ir en busca de las emociones, alterando nuestro estado ánimo. Por sobre todo debemos recordar que vivir simple y en paz representa llevar una vida armoniosa en todos los niveles de nuestro ser y que ese equilibro solo lo sabemos sostener nosotros. Aunque lo que prevalezca sea el movimiento y la vida demuestre una constante lucha de fuerzas internas y externas, existe un lugar donde el punto de quietud se encuentra. La coherencia y el sentido nos acompañan en la observación y la unión con nuestro Yo Superior. El principio de resonancia que gobierna al corazón es la fiel respuesta que debemos saber interpretar para dejarnos guiar como el agua hacia su fuente.

Introducirse al camino del auto conocimiento es un arma de doble filo, una herramienta que puede cortarnos y pulirnos, castigarnos y mimarnos. El despertar es progresivo, rítmico y armonioso, es necesario que sea así. El camino es largo y la vida corta, pero el sentido profundo y nos pertenece. La historia personal, los dramas, las personalidades y creencias son trascendidos pero estando en la historia, desde adentro, viviendo el drama, reconociendo los complejos y siendo la creencia… pero sin fanatizarse con ellos.

No hay comentarios: